Almanzor y su Cuerno por las Canales Oscuras
Publicado: Mié Feb 19, 2020 5:33 pm
Agosto 2013
Saludos a todos-as. Este pasado y caluroso fin de semana, David y yo hemos vuelto al sur de Gredos. Nuestro propósito era subir al Almanzor por la Canal Oscura central, haciendo una pernocta en la base de ésta. Como llevábamos la impedimenta necesaria para una excursión de este tipo, pensamos que lo mejor sería acceder a las Canales desde la base del Risco Redondo, es decir que subiríamos desde el puente del Pinillo por el Pr-47 Av hasta enlazar con el camino del Tío Domingo en el collado del Hinojoso. Salimos de Madrid a la 5 de la mañana, y a la 7.30 estábamos en el puente del Pinillo. Decir que este sendero está balizado con estacas de madera y que asciende de forma cómoda hasta el Sillao de la Peña, compartiendo gran parte de su recorrido con el camino del Tío Domingo. Total, que a las 8 ya estamos andando. Comenzamos a disfrutar. Al oeste los Hermanitos de Tejea.

El resto de la cuerda hasta Los Guindos,

Zoom a la Peña Caballera.

Abajo va quedando la pista.

Vamos subiendo a buen ritmo a pesar del peso de las mochilas. De pronto nos alcanza un montañero que lleva un paso fulgurante, se para , nos saluda. Le conozco del foro pero no recuerdo quién es. Se lo comento; es “Azagayas”. Charlamos unos minutos, nos dice que sube al Almanzor por el camino del Tio Domingo, nosotros le contamos nuestros planes, nos despedimos y sigue con su buen paso.
En una hora llegamos al collado del barquetón que nos regala con unas buenas vistas. Las profundas canales que bajan a la garganta del Sauce.

La cabecera de la Tejea.

Seguimos ascendiendo hasta ganar la Cuerda de la Perdiz y seguimos por ella dejando el arroyo del Hinojoso a nuestra izquierda. Pronto vemos el collado del mismo nombre y al que debemos llegar.

En dos horas nos plantamos en el collado del Hinojoso, son sólo las diez, vamos bien de tiempo. Aparecen las montañas que dominan la garganta de Chilla.

Como es la primera vez que pasamos por aquí, vemos unos hitos que faldean por la vertiente oriental de Chilla, y nos lanzamos a por ellos. Paramos, comemos algo y continuamos. Pero de pronto se acaban los hitos, no hay senda, solo hay peñas y piornos, piornos de metro y medio a dos metros. En vez de retroceder hasta el collado, nos cebamos, buscamos el camino, nos empiornamos. Sufrimos, nos caemos, maldecimos, sudamos, nos hacemos arañazos, y lo que es peor, vemos nuestra imagen en un diccionario al lado de la palabra gilipollas. Por fin llegamos a una canal herbosa que lleva al collado previo a la Peña de Chilla, subimos y por fin damos con el camino.

Hemos perdido dos horas en un trayecto de apenas media hora, y deberemos afrontar lo que nos queda en la horas de mayor calor, con la fatiga y la deshidratación acechando. Yo he quedado muy tocado, afortunadamente David está mejor. Nos acercamos al Sillao de la Peña. De frente vemos la Portilla Bermeja con el Sagrao a su derecha y la cresta que sube al Almanzor a su izquierda.

Llegamos al “Sillao” y paramos en una sombra a reponer fuerzas. Las vistas son sobrecogedoras hacia el Charco Zarco y la Tejea.

Avanzamos hacia el Risco Redondo, pero no voy bien.

Llegamos al risco que llaman en el foro Totem Papua y nos sentamos a su sombra a estudiar el recorrido que nos queda hasta la chorrera de las canales. Es el marcado en esta imagen.

Son las dos de la tarde y el calor empieza a ser importante. Si queremos pasar la noche donde tenemos previsto hemos de conseguir agua. La cosa no pinta bien, además me dan amagos de calambres. En estas estamos cuando el señor Azagayas aparece de vuelta desde el Almanzor. Departimos un rato y nos informa que la fuente de la Bermeja tiene agua, sólo un hilillo pero muy fresca y nos da a probar un poco, cosa que agradecemos.
Sobre las tres y media, después de haber descansado emprendemos la travesía hacia las canales.

Caída vertiginosa hacia el Charco Zarco.

David busca agua en cada manchita verde que encontramos. Su empeño encuentra premio bajo una peña en la canal que baja desde la cresta de los Cachorros.

El agua escurre a la sombra de la peña, pero es muy difícil cogerla directamente afortunadamente un pelín más abajo forma una minúscula pocita de apenas diez centímetros de diámetro donde, con la ayuda de un cazo logramos llenar las cantimploras.


A pesar de que el agua corre y la pocita no se vacía echamos pastillas potabilizadoras por prudencia. Se ha solucionado el problema del agua. Atrás dejamos el lugar con el Risco redondo de fondo.

Más animados seguimos el camino, pero el calor y las duras pendientes nos devuelven a la dura realidad, sobre todo a mí, que cada vez me siento más vacío. Aquí podemos observar la entrada a la canal derecha o suroriental. La pendiente es tan dura como se aprecia en la imagen.

Ahora debemos buscar un sitio llano para vivaquear. Estamos en un lugar donde domina claramente la vertical vemos posibilidades pero ninguna buena, Es al llegar a la parte alta de la chorrera cuando descubrimos un buen sitio. Otro problema resuelto. Por si a alguien le viene bien, está donde marca la flecha.

David, que se encuentra mejor, se da una vuelta por la zona. Yo me busco una sombra, donde sin tener hambre, me meto una ensalada de pasta y una naranja. Físicamente me recupero, pero los pensamientos negativos empiezan a carcomerme; qué hago yo aquí; no tengo nivel para estas empresas; creo que debo limitarme a la cara norte etc,etc.
De pronto dos machos monteses bajan desde la canal central y se dirigen hacia el Charco Zarco. A ellos no se les ve pero bajan hacia la zona por donde se atraviesan los precipicios del Zarco para dirigirse a las canales.

Y bajan ahí, a esa pequeña poza que descubrimos con el zoom

Vuelve David, que se acomoda conmigo en la sombra, y me cuenta que arriba en la parte alta de la chorrera también se podría coger agua, pero que está llena de cagadas de cabra. Nos preguntamos si lo harán aposta. Al rato otra cabra, esta vez hembra, se dirige hacia la canal de la izquierda o suroccidental (la que subiera Malicioso tiempo ha). Allí se aprecian manchas herbosas y la luz de sol nos decubre el brillo del agua correr sobre una peña. Vaya, no es que haya mucha agua pero se puede sobrevivir.
A la sombra sesteamos hasta que el sol empieza a ponerse. Nos dirigimos entonces a nuestro dormitorio circunstancial.

El lugar es cómodo y las vista impresionantes. Afirmo que es el mejor vivac que he hecho en mi vida, y lo recomiendo a todos lo amantes de esta parte de la sierra. Dos o tres personas pueden dormir bien. La noche se quedó pronto sin luna, y si te ponías boca arriba veías las estrellas, incluso la vía láctea, si a la derecha, las siluetas de los imponentes riscos, si a la izquierda, las luces de media España. El cervuno estaba mullido y seco. Dormimos estupendamente. Habíamos hablado de despertarnos a las seis y media, pero remoloneamos hasta las siete.
Ahora con todas las fuerzas a disfrutar de la canal central. David mientras desayuna.

Yo soy un hombre nuevo, aunque un pequeño nudo en las tripas me recuerda el día de ayer.

Para arriba. En la imagen se aprecia un risco que hay que dejar a la izquierda, yo subo pegado a la base del risco, y David por una canal que hay a la derecha.

Vemos a nuestra derecha una canal que asciende hacia… Pregunten a las cabras.

Por aquí sube David.

Parte final de la canal, arriba le espero.

Prácticamente hay que ir todo el rato ayudándose con las manos. Disfrutamos como niños.

Arriba ya se ve el cuerno.


Mirada atrás.

En este punto podemos rodear el Cuerno tanto por la izquierda como por la derecha, nosotros lo hacemos por la izquierda buscando el portal que forma el Cuerno con ese risco rectangular que esta abajo a la derecha de este.

A la izquierda bajo las paredes del Cuerno.

Por fin arriba, Llegamos a una especie de patio que a esta hora está todo él a la sombra. A la derecha el Esbirladero, de frente la portilla del Crampon y el Almanzor, y a nuestra izquierda el Cuerno, todo muy vertical. Dejamos las mochilas y trepamos hasta la cumbre del Cuerno. De la trepada de este caraterístico risco no tenía referencias, pues todo el mundo sube, pero nadie habla de su dificultad. Decir que no es fácil, tiene un par de pasos que son delicados, sobre todo al destreparlos, y muy expuestos, yo diría que son II+. También puede ser que no subiéramos por el sitio correcto. Desde su cumbre hacia el suroeste.

En la imagen anterior vemos como la Peña de Chilla al sol se muestra roma, pero la silueta de su cara oeste se plasma feroz en sombra sobre la garganta Tejea. Hacia el norte el Venteadero y el cuchillar de Ballesteros.

Al este el Almanzor. En la segunda imagen vemos por donde discurre su vía normal.


Hacia él vamos. En la imagen el paso de grado II del Almanzor, fácil para subir y para bajar, además muy protegido.

Por fin en la cumbre.

Creo que es la séptima vez que subo al Almanzor, la anterior fue hace dieciséis años. Pero nunca lo había hecho desde el sur, y sin lugar a dudas la mejor. Para David es la segunda, pues ya había hecho una invernal hace dos años.
En la cima nos encontramos con un montañero extremeño que ha subido desde el refugio. Charlamos un rato con él y nos cuenta que en julio había hecho la travesia Ramón Asiain de la que yo tenía noticias gracias al post de Motorcycle Man. Es una pena, pero hay que bajar. Vistas hacia el sur, donde vemos lo que nos queda todavía.

Para llegar a la Bermeja debemos rodear este risco por esa horcada que hay a su derecha y donde se vislumbra un hito. Este paso ya lo había hecho hace disecisiete años y por supuesto no me acordaba. Además había leído que tenía un paso delicado sobre todo al destrepar. En esta imagen he marcado en rojo por donde rodeamos nosotros y en azul el paso que, creo, tiene esa dificultad.


Nosotros subimos fácil, y creo que por aquí también se baja fácil. David llegando a la horcada.

Desde aquí ya terreno sencillo hasta el collado que da a la Portilla Bermeja.

Son sólo las diez de la mañana, han sido dos horas magníficas, ya ni me acuerdo de lo que pasó ayer, bueno, un poco sí. Comemos algo mientras observamos la empinada Canal derecha o suroriental de las Canales Oscuras.

Si subimos por ella hay que llegar ahí y bajar para ir al Almanzor.

Ahora toca bajar. Hemos de encontrar la fuente de la Bermeja pues el día va a ser muy caluroso. Comenzamos a bajar.

Llegamos a la portilla y comenzamos a bajar el Camino del Tío Domingo. Vista de la Canal de la Bermeja. Pero por aquí no está la fuente.

El camino baja en zetas por terreno muy incomodo con mucha piedra suelta. El camino deja de serpentear y se dirige a la derecha hacia un colladito rocoso. En este punto a unos treinta metros por debajo esta la fuente. Gracias Motorcycle Man. Y como había di cho Azagayas el agua está fresquita. Pero no creo que aguante mucho tiempo.
Hacia abajo sin perder los hitos.

Llegamos a una zona de piornos ¡Madre mía! Hay que girar a la izquierda unos metros y luego enfilar a la derecha.

Yo con mis amigos los piornos. Estos no son muy grandes.

Llegados a este punto, el camino pasa por la derecha a la vertiente del Zarco.

David toma esta extraordinaria imagen donde apreciamos los desniveles brutales de este salvaje lugar.

En pocos metros el camino vuelve a la otra vertiente por este pqueño collado.

Damos vista a una imagen clásica de la zona con el risco Redondo como protagonista.


Hay piornos, pero el tío Domingo se encargó de desbrozarlos bien.

Atrás queda el risco Redondo.

El calor empieza a ser aplastante según vamos bajando, sobre todo entre los piornos.

Ya vemos el collado del Hinojoso, esta vez si hemos tomado el camino correcto.

Sin más que reseñar que un calor cada vez más sofocante, llegamos al puente del Pinillo, donde nos dimos un bañito en una pequeña poza que hay bajo un roble en el arroyo. A pesar del inconveniente del sábado la ruta terminó dejándonos un gran sabor de boca. Espero que le haya gustado. Saludos.
Saludos a todos-as. Este pasado y caluroso fin de semana, David y yo hemos vuelto al sur de Gredos. Nuestro propósito era subir al Almanzor por la Canal Oscura central, haciendo una pernocta en la base de ésta. Como llevábamos la impedimenta necesaria para una excursión de este tipo, pensamos que lo mejor sería acceder a las Canales desde la base del Risco Redondo, es decir que subiríamos desde el puente del Pinillo por el Pr-47 Av hasta enlazar con el camino del Tío Domingo en el collado del Hinojoso. Salimos de Madrid a la 5 de la mañana, y a la 7.30 estábamos en el puente del Pinillo. Decir que este sendero está balizado con estacas de madera y que asciende de forma cómoda hasta el Sillao de la Peña, compartiendo gran parte de su recorrido con el camino del Tío Domingo. Total, que a las 8 ya estamos andando. Comenzamos a disfrutar. Al oeste los Hermanitos de Tejea.
El resto de la cuerda hasta Los Guindos,
Zoom a la Peña Caballera.
Abajo va quedando la pista.
Vamos subiendo a buen ritmo a pesar del peso de las mochilas. De pronto nos alcanza un montañero que lleva un paso fulgurante, se para , nos saluda. Le conozco del foro pero no recuerdo quién es. Se lo comento; es “Azagayas”. Charlamos unos minutos, nos dice que sube al Almanzor por el camino del Tio Domingo, nosotros le contamos nuestros planes, nos despedimos y sigue con su buen paso.
En una hora llegamos al collado del barquetón que nos regala con unas buenas vistas. Las profundas canales que bajan a la garganta del Sauce.
La cabecera de la Tejea.
Seguimos ascendiendo hasta ganar la Cuerda de la Perdiz y seguimos por ella dejando el arroyo del Hinojoso a nuestra izquierda. Pronto vemos el collado del mismo nombre y al que debemos llegar.
En dos horas nos plantamos en el collado del Hinojoso, son sólo las diez, vamos bien de tiempo. Aparecen las montañas que dominan la garganta de Chilla.
Como es la primera vez que pasamos por aquí, vemos unos hitos que faldean por la vertiente oriental de Chilla, y nos lanzamos a por ellos. Paramos, comemos algo y continuamos. Pero de pronto se acaban los hitos, no hay senda, solo hay peñas y piornos, piornos de metro y medio a dos metros. En vez de retroceder hasta el collado, nos cebamos, buscamos el camino, nos empiornamos. Sufrimos, nos caemos, maldecimos, sudamos, nos hacemos arañazos, y lo que es peor, vemos nuestra imagen en un diccionario al lado de la palabra gilipollas. Por fin llegamos a una canal herbosa que lleva al collado previo a la Peña de Chilla, subimos y por fin damos con el camino.
Hemos perdido dos horas en un trayecto de apenas media hora, y deberemos afrontar lo que nos queda en la horas de mayor calor, con la fatiga y la deshidratación acechando. Yo he quedado muy tocado, afortunadamente David está mejor. Nos acercamos al Sillao de la Peña. De frente vemos la Portilla Bermeja con el Sagrao a su derecha y la cresta que sube al Almanzor a su izquierda.
Llegamos al “Sillao” y paramos en una sombra a reponer fuerzas. Las vistas son sobrecogedoras hacia el Charco Zarco y la Tejea.
Avanzamos hacia el Risco Redondo, pero no voy bien.
Llegamos al risco que llaman en el foro Totem Papua y nos sentamos a su sombra a estudiar el recorrido que nos queda hasta la chorrera de las canales. Es el marcado en esta imagen.
Son las dos de la tarde y el calor empieza a ser importante. Si queremos pasar la noche donde tenemos previsto hemos de conseguir agua. La cosa no pinta bien, además me dan amagos de calambres. En estas estamos cuando el señor Azagayas aparece de vuelta desde el Almanzor. Departimos un rato y nos informa que la fuente de la Bermeja tiene agua, sólo un hilillo pero muy fresca y nos da a probar un poco, cosa que agradecemos.
Sobre las tres y media, después de haber descansado emprendemos la travesía hacia las canales.
Caída vertiginosa hacia el Charco Zarco.
David busca agua en cada manchita verde que encontramos. Su empeño encuentra premio bajo una peña en la canal que baja desde la cresta de los Cachorros.
El agua escurre a la sombra de la peña, pero es muy difícil cogerla directamente afortunadamente un pelín más abajo forma una minúscula pocita de apenas diez centímetros de diámetro donde, con la ayuda de un cazo logramos llenar las cantimploras.
A pesar de que el agua corre y la pocita no se vacía echamos pastillas potabilizadoras por prudencia. Se ha solucionado el problema del agua. Atrás dejamos el lugar con el Risco redondo de fondo.
Más animados seguimos el camino, pero el calor y las duras pendientes nos devuelven a la dura realidad, sobre todo a mí, que cada vez me siento más vacío. Aquí podemos observar la entrada a la canal derecha o suroriental. La pendiente es tan dura como se aprecia en la imagen.
Ahora debemos buscar un sitio llano para vivaquear. Estamos en un lugar donde domina claramente la vertical vemos posibilidades pero ninguna buena, Es al llegar a la parte alta de la chorrera cuando descubrimos un buen sitio. Otro problema resuelto. Por si a alguien le viene bien, está donde marca la flecha.
David, que se encuentra mejor, se da una vuelta por la zona. Yo me busco una sombra, donde sin tener hambre, me meto una ensalada de pasta y una naranja. Físicamente me recupero, pero los pensamientos negativos empiezan a carcomerme; qué hago yo aquí; no tengo nivel para estas empresas; creo que debo limitarme a la cara norte etc,etc.
De pronto dos machos monteses bajan desde la canal central y se dirigen hacia el Charco Zarco. A ellos no se les ve pero bajan hacia la zona por donde se atraviesan los precipicios del Zarco para dirigirse a las canales.
Y bajan ahí, a esa pequeña poza que descubrimos con el zoom
Vuelve David, que se acomoda conmigo en la sombra, y me cuenta que arriba en la parte alta de la chorrera también se podría coger agua, pero que está llena de cagadas de cabra. Nos preguntamos si lo harán aposta. Al rato otra cabra, esta vez hembra, se dirige hacia la canal de la izquierda o suroccidental (la que subiera Malicioso tiempo ha). Allí se aprecian manchas herbosas y la luz de sol nos decubre el brillo del agua correr sobre una peña. Vaya, no es que haya mucha agua pero se puede sobrevivir.
A la sombra sesteamos hasta que el sol empieza a ponerse. Nos dirigimos entonces a nuestro dormitorio circunstancial.
El lugar es cómodo y las vista impresionantes. Afirmo que es el mejor vivac que he hecho en mi vida, y lo recomiendo a todos lo amantes de esta parte de la sierra. Dos o tres personas pueden dormir bien. La noche se quedó pronto sin luna, y si te ponías boca arriba veías las estrellas, incluso la vía láctea, si a la derecha, las siluetas de los imponentes riscos, si a la izquierda, las luces de media España. El cervuno estaba mullido y seco. Dormimos estupendamente. Habíamos hablado de despertarnos a las seis y media, pero remoloneamos hasta las siete.
Ahora con todas las fuerzas a disfrutar de la canal central. David mientras desayuna.
Yo soy un hombre nuevo, aunque un pequeño nudo en las tripas me recuerda el día de ayer.
Para arriba. En la imagen se aprecia un risco que hay que dejar a la izquierda, yo subo pegado a la base del risco, y David por una canal que hay a la derecha.
Vemos a nuestra derecha una canal que asciende hacia… Pregunten a las cabras.
Por aquí sube David.
Parte final de la canal, arriba le espero.
Prácticamente hay que ir todo el rato ayudándose con las manos. Disfrutamos como niños.
Arriba ya se ve el cuerno.
Mirada atrás.
En este punto podemos rodear el Cuerno tanto por la izquierda como por la derecha, nosotros lo hacemos por la izquierda buscando el portal que forma el Cuerno con ese risco rectangular que esta abajo a la derecha de este.
A la izquierda bajo las paredes del Cuerno.
Por fin arriba, Llegamos a una especie de patio que a esta hora está todo él a la sombra. A la derecha el Esbirladero, de frente la portilla del Crampon y el Almanzor, y a nuestra izquierda el Cuerno, todo muy vertical. Dejamos las mochilas y trepamos hasta la cumbre del Cuerno. De la trepada de este caraterístico risco no tenía referencias, pues todo el mundo sube, pero nadie habla de su dificultad. Decir que no es fácil, tiene un par de pasos que son delicados, sobre todo al destreparlos, y muy expuestos, yo diría que son II+. También puede ser que no subiéramos por el sitio correcto. Desde su cumbre hacia el suroeste.
En la imagen anterior vemos como la Peña de Chilla al sol se muestra roma, pero la silueta de su cara oeste se plasma feroz en sombra sobre la garganta Tejea. Hacia el norte el Venteadero y el cuchillar de Ballesteros.
Al este el Almanzor. En la segunda imagen vemos por donde discurre su vía normal.
Hacia él vamos. En la imagen el paso de grado II del Almanzor, fácil para subir y para bajar, además muy protegido.
Por fin en la cumbre.
Creo que es la séptima vez que subo al Almanzor, la anterior fue hace dieciséis años. Pero nunca lo había hecho desde el sur, y sin lugar a dudas la mejor. Para David es la segunda, pues ya había hecho una invernal hace dos años.
En la cima nos encontramos con un montañero extremeño que ha subido desde el refugio. Charlamos un rato con él y nos cuenta que en julio había hecho la travesia Ramón Asiain de la que yo tenía noticias gracias al post de Motorcycle Man. Es una pena, pero hay que bajar. Vistas hacia el sur, donde vemos lo que nos queda todavía.
Para llegar a la Bermeja debemos rodear este risco por esa horcada que hay a su derecha y donde se vislumbra un hito. Este paso ya lo había hecho hace disecisiete años y por supuesto no me acordaba. Además había leído que tenía un paso delicado sobre todo al destrepar. En esta imagen he marcado en rojo por donde rodeamos nosotros y en azul el paso que, creo, tiene esa dificultad.
Nosotros subimos fácil, y creo que por aquí también se baja fácil. David llegando a la horcada.
Desde aquí ya terreno sencillo hasta el collado que da a la Portilla Bermeja.
Son sólo las diez de la mañana, han sido dos horas magníficas, ya ni me acuerdo de lo que pasó ayer, bueno, un poco sí. Comemos algo mientras observamos la empinada Canal derecha o suroriental de las Canales Oscuras.
Si subimos por ella hay que llegar ahí y bajar para ir al Almanzor.
Ahora toca bajar. Hemos de encontrar la fuente de la Bermeja pues el día va a ser muy caluroso. Comenzamos a bajar.
Llegamos a la portilla y comenzamos a bajar el Camino del Tío Domingo. Vista de la Canal de la Bermeja. Pero por aquí no está la fuente.
El camino baja en zetas por terreno muy incomodo con mucha piedra suelta. El camino deja de serpentear y se dirige a la derecha hacia un colladito rocoso. En este punto a unos treinta metros por debajo esta la fuente. Gracias Motorcycle Man. Y como había di cho Azagayas el agua está fresquita. Pero no creo que aguante mucho tiempo.
Hacia abajo sin perder los hitos.
Llegamos a una zona de piornos ¡Madre mía! Hay que girar a la izquierda unos metros y luego enfilar a la derecha.
Yo con mis amigos los piornos. Estos no son muy grandes.
Llegados a este punto, el camino pasa por la derecha a la vertiente del Zarco.
David toma esta extraordinaria imagen donde apreciamos los desniveles brutales de este salvaje lugar.
En pocos metros el camino vuelve a la otra vertiente por este pqueño collado.
Damos vista a una imagen clásica de la zona con el risco Redondo como protagonista.
Hay piornos, pero el tío Domingo se encargó de desbrozarlos bien.
Atrás queda el risco Redondo.
El calor empieza a ser aplastante según vamos bajando, sobre todo entre los piornos.
Ya vemos el collado del Hinojoso, esta vez si hemos tomado el camino correcto.
Sin más que reseñar que un calor cada vez más sofocante, llegamos al puente del Pinillo, donde nos dimos un bañito en una pequeña poza que hay bajo un roble en el arroyo. A pesar del inconveniente del sábado la ruta terminó dejándonos un gran sabor de boca. Espero que le haya gustado. Saludos.