Balaitús por la Gran Diagonal
Publicado: Mié Feb 26, 2020 7:31 pm
BALAITUS, SEPTIEMBRE DE 2015
Hasta hace relativamente poco tiempo, nos acercábamos al Pirineo o a otras montañas lejos de Madrid en un fin de semana. Salíamos el sabado de madrugada y subíamos a un pico, el domingo hacíamos otro y volvíamos para Madrid. Ahora nos hemos vuelto más conservadores y sólo hacemos uno y a veces tomamos un día más. Ciertamente es una buena paliza.
En este caso salimos el sábado a las cinco y media de la mañana, para sobre las once y media partir de la Sarra con dirección al Balaitus. Nada menos que mil setecientos metros de desnivel, con un par. Además con toda la impedimenta para pernoctar en el ibón alto de Arriel, desde dónde el domingo partiriamos de buena mañana para subir al Pallas. Y por la tarde vuelta a Madrid. Mis compañeros David y Miguel preparándose para salir

Desde la Sarra, por el GR, tomamos dirección Respomuso.

Arriel

Atravesamos un fresco Hayedo

Primer desvío hacia el collado de la Soba, vía normal para ascender al Arriel desde el lado español.

Nosotros seguimos por el GR11, el camino asciende mientras el río se encajona en el paso del Onso.


El camino cruza el Barranco de Arriel

Al llegar al desvío de los lagos de Arriel giramos a la izquierda y tomamos esta nueva senda, que atravesando el Barranco de Arriel nos deja en los ibones homónimos.


Ahora ascendemos por senda entre el Bosque. Las avalanchas invernales han dejado algunos troncos bloqueando el camino, pero se salvan fácil. El valle que venimos de subir.

Salimos del bosque y la senda cruza el torrente y asciende por una pedrera en busca de un desfiladero por donde desaguan los Lagos.

Aparece el Balaitus

Subiendo dejamos atrás La Foratata y la Sierra Partacúa

Ascendemos hacia el desfiladero.


Atravesamos y entramos en el paraje lacustre. Una primera presa con un pequeño lago, y después el ibón bajo de Arriel. Aparece el Palás.


Tomamos un camino empedrado que sale por nuestra derecha y que viene del refugio de Respomuso. Remontamos siguiendo la corriente hacia el Lago Superior o Ibón superior de Arriel.

Y…¡Voila!

Buscamos un sitio dónde pasar la noche, dejamos las cosas innecesarias y emprendemos la subida. Cruzamos casi en su totalidad este paraje lacustre, hasta el último barranco que asciende a nuestra derecha y que escurre las aguas del glaciar de la Frondella.

El ibón de Arriel queda atrás.

La senda sube al principio por una ancha canal, que se va encajonando y empinando hasta llegar a otro lago, el Gorg Helado.

En la imagen observamos la vía por donde vamos a subir hasta el abrigo Michaud, comienzo de la gran diagonal. La pedrera se hace pesada, muy pesada, la verdad es que ya llevamos bastante acumulado desde que salimos por la mañana. Las vistas nos refrescan.

Llegamos al abrigo Michaud. David curiosea.

Mi amigo Miguel posa aquí con gesto decimonónico, tal que fuera el propio Andre Michaud en la puerta de su casa.

Comienza la Gran diagonal que podemos dividir en tres tramos.

El primero no es más que una cuesta con mucha pendiente; el segundo es una vira excavada en la montaña; y el tercero un caos de rocas muy vertical. Ascendemos por la izquierda del pequeño refugio por grandes bloques.

La canal se encajona y los hitos nos llevan hacia la izquierda para montar sobre una loma herbosa muy empinada, matahombres diría yo. Termina sobre un hombro en el que observamos la vira que corresponde a la segunda parte.

Aunque hay algún tramo con algo de patio, no existe dificultad alguna. A pesar de que en esta ocasión encontramos algo de hielo y pequeños neveritos. Imágenes.



Afrontamos la tercera parte. En esta imagen vemos las dos opciones. En rojo subida directa trepando por bloques, con algún paso de II. En el punto en que confluyen ambas vías, está el paso más complicado que no creo que pase de II, pero la roca esta pulida y hay que extremar la precaución. Además por aquí hay que pasar sí o sí. Para bajar usamos la de color azul, travesía expuesta pero fácil.

Después enfilamos otra chimenea que tiene como dificultad un bloque empotrado algo complicado. Termina la chimenea y ¡ahí está!

Unos pasitos y cumbre del Balaitús a 3144m.



En la cima hay dos montañeros franceses ya veteranos, uno mayor de sesenta años que nos dicen que van a dormir allí. Es lo que llaman “montagnards aguerris”. Hay nubes de retención por el norte y el sol refila por el oeste, aun así sacamos algunas fotillos.




El valle de Tena con la Foratata allí abajo.

En la cima hace un frio del carajo, por lo que decidimos bajar. Hacia allí.

Descendemos la chimenea y cruzamos el paso complicado, giramos a la derecha y atravesamos una cornisa estrecha con algo de patio.

El Segundo tramo de la Diagonal bajando



¿Qué miran mis compañeros?

Miran lo que hay detrás de mi.

El Palás, el Lurien y el Arrius parecen flotar sobre las nubes.

Y el Midi, y el Arriel.


Ya solo nos queda descender por las interminables pedreras. Llegamos al Gorg Helado y enfilamos al Ibón superior de Arriel. La verdad es que estamos deseando llegar a donde tenemos la tienda.

Llegamos al ibón alto de Arriel y montamos el campamento. Noche fría pero muy calmada, cenamos bajo las estrellas y nos vamos a descansar que bien nos lo hemos ganado, que mañana, mañana el Pallas.
Subir y disfrutar, hacer cima y disfrutar, bajar y disfrutar, pero sobre todo volver para contarlo
ERNS
Hasta hace relativamente poco tiempo, nos acercábamos al Pirineo o a otras montañas lejos de Madrid en un fin de semana. Salíamos el sabado de madrugada y subíamos a un pico, el domingo hacíamos otro y volvíamos para Madrid. Ahora nos hemos vuelto más conservadores y sólo hacemos uno y a veces tomamos un día más. Ciertamente es una buena paliza.
En este caso salimos el sábado a las cinco y media de la mañana, para sobre las once y media partir de la Sarra con dirección al Balaitus. Nada menos que mil setecientos metros de desnivel, con un par. Además con toda la impedimenta para pernoctar en el ibón alto de Arriel, desde dónde el domingo partiriamos de buena mañana para subir al Pallas. Y por la tarde vuelta a Madrid. Mis compañeros David y Miguel preparándose para salir
Desde la Sarra, por el GR, tomamos dirección Respomuso.
Arriel
Atravesamos un fresco Hayedo
Primer desvío hacia el collado de la Soba, vía normal para ascender al Arriel desde el lado español.
Nosotros seguimos por el GR11, el camino asciende mientras el río se encajona en el paso del Onso.
El camino cruza el Barranco de Arriel
Al llegar al desvío de los lagos de Arriel giramos a la izquierda y tomamos esta nueva senda, que atravesando el Barranco de Arriel nos deja en los ibones homónimos.
Ahora ascendemos por senda entre el Bosque. Las avalanchas invernales han dejado algunos troncos bloqueando el camino, pero se salvan fácil. El valle que venimos de subir.
Salimos del bosque y la senda cruza el torrente y asciende por una pedrera en busca de un desfiladero por donde desaguan los Lagos.
Aparece el Balaitus
Subiendo dejamos atrás La Foratata y la Sierra Partacúa
Ascendemos hacia el desfiladero.
Atravesamos y entramos en el paraje lacustre. Una primera presa con un pequeño lago, y después el ibón bajo de Arriel. Aparece el Palás.
Tomamos un camino empedrado que sale por nuestra derecha y que viene del refugio de Respomuso. Remontamos siguiendo la corriente hacia el Lago Superior o Ibón superior de Arriel.
Y…¡Voila!
Buscamos un sitio dónde pasar la noche, dejamos las cosas innecesarias y emprendemos la subida. Cruzamos casi en su totalidad este paraje lacustre, hasta el último barranco que asciende a nuestra derecha y que escurre las aguas del glaciar de la Frondella.
El ibón de Arriel queda atrás.
La senda sube al principio por una ancha canal, que se va encajonando y empinando hasta llegar a otro lago, el Gorg Helado.
En la imagen observamos la vía por donde vamos a subir hasta el abrigo Michaud, comienzo de la gran diagonal. La pedrera se hace pesada, muy pesada, la verdad es que ya llevamos bastante acumulado desde que salimos por la mañana. Las vistas nos refrescan.
Llegamos al abrigo Michaud. David curiosea.
Mi amigo Miguel posa aquí con gesto decimonónico, tal que fuera el propio Andre Michaud en la puerta de su casa.
Comienza la Gran diagonal que podemos dividir en tres tramos.
El primero no es más que una cuesta con mucha pendiente; el segundo es una vira excavada en la montaña; y el tercero un caos de rocas muy vertical. Ascendemos por la izquierda del pequeño refugio por grandes bloques.
La canal se encajona y los hitos nos llevan hacia la izquierda para montar sobre una loma herbosa muy empinada, matahombres diría yo. Termina sobre un hombro en el que observamos la vira que corresponde a la segunda parte.
Aunque hay algún tramo con algo de patio, no existe dificultad alguna. A pesar de que en esta ocasión encontramos algo de hielo y pequeños neveritos. Imágenes.
Afrontamos la tercera parte. En esta imagen vemos las dos opciones. En rojo subida directa trepando por bloques, con algún paso de II. En el punto en que confluyen ambas vías, está el paso más complicado que no creo que pase de II, pero la roca esta pulida y hay que extremar la precaución. Además por aquí hay que pasar sí o sí. Para bajar usamos la de color azul, travesía expuesta pero fácil.
Después enfilamos otra chimenea que tiene como dificultad un bloque empotrado algo complicado. Termina la chimenea y ¡ahí está!
Unos pasitos y cumbre del Balaitús a 3144m.
En la cima hay dos montañeros franceses ya veteranos, uno mayor de sesenta años que nos dicen que van a dormir allí. Es lo que llaman “montagnards aguerris”. Hay nubes de retención por el norte y el sol refila por el oeste, aun así sacamos algunas fotillos.
El valle de Tena con la Foratata allí abajo.
En la cima hace un frio del carajo, por lo que decidimos bajar. Hacia allí.
Descendemos la chimenea y cruzamos el paso complicado, giramos a la derecha y atravesamos una cornisa estrecha con algo de patio.
El Segundo tramo de la Diagonal bajando
¿Qué miran mis compañeros?
Miran lo que hay detrás de mi.
El Palás, el Lurien y el Arrius parecen flotar sobre las nubes.
Y el Midi, y el Arriel.
Ya solo nos queda descender por las interminables pedreras. Llegamos al Gorg Helado y enfilamos al Ibón superior de Arriel. La verdad es que estamos deseando llegar a donde tenemos la tienda.
Llegamos al ibón alto de Arriel y montamos el campamento. Noche fría pero muy calmada, cenamos bajo las estrellas y nos vamos a descansar que bien nos lo hemos ganado, que mañana, mañana el Pallas.
Subir y disfrutar, hacer cima y disfrutar, bajar y disfrutar, pero sobre todo volver para contarlo
ERNS