Ruta: Fabrèges (Artouste), Le Lurien 2.826m.
08 de septiembre de 2019
Datos de la ruta:
- Distancia: 12km
- Desnivel: 1.600mD+
Si había una montaña que tenías ganas de subir esa era sin duda Le Lurien, en el Pirineo Francés, y todos los que me conocen los sabían y estaban cansados de la matraca que les daba.
Y es que dese que lo ví allá por el 2012 en la subida hacia el Cuyalaret no pude ya quitármelo de la cabeza.
El año anterior por fin nos vimos las caras de cerca en invierno, pero tuvimos que darnos la vuelta por el tiempo, pero este año, aunque en verano, pero volvimos a por él. Y como no podía ser de otra manera engañé a Andrea para que volviera a acompañarme y como no, aceptó.
Desde la frontera de Portalet bajamos la carretera hacía el lado Francés, por el Valle d´Ossau, el lugar que mas me gusta de todo Pirineos.
Cuando llegamos al Lac de Fabregues, dejamos la carretera por la que vamos y nos desviamos a la derecha dirección Fabregues.
Pero antes de pasar el túnel, justo al lado del embalse, hay un apartadero donde dejamos el coche.
Y allí mismo vemos un poste que indica la ruta.
Nos ponemos en marcha.
Esta primera parte sube un desnivel bestial, pero se hace agradable por el bosque que nos rodea.
Y es la tónica de la ruta, mucho desnivel en poca distancia pero muy agradable por los paisajes.
Cuando salimos del bosque llegamos a una pradera en la que el agua y la verde hierba ya hacen presencia, cambio total de paisaje pero precioso igualmente.
A medida que subimos ya vemos asomar a nuestra derecha el gigante Middi d´Ossau.
Y por delante tenemos que cruzar en ligera subida la pradera que tenemos delante.
¡Que valle más bonito!
Una mirada atrás
Ahora un poco más adelante tenemos una subida un poco más empinada, pero nada de otro mundo.
Subida esta pequeña cuesta un poco mas empinada llegamos a otro falso rellano y ya vemos el refugio del Lurien.
Aunque ya habíamos entrado la vez anterior volvemos a entrar para ver esta construcción en chapa y madera que no sabemos como sigue en pie.
Por lo que vemos es un refugio que usan sobretodo los cazadores, a lo cuales nos encontramos varios durante la ruta.
Dejamos el refugio atrás y seguimos la subida, ahora vuelve a ponerse un poco más empinada.
Y justo encima otro pequeño rellano con el desagüe del Lac de Lurien que forma a la vez otro pequeño laguito. Una preciosidad.
Ahora desde aquí giramos un poco a mano izquierda y vemos un arroyo que tenemos que seguir.
Ya vemos de cerca nuestro objetivo.
Subimos un poco más y ya llegamos al espectacular Lac du Lurien, que a pesar de nos ser muy grande el entorno que lo rodea y el color de sus aguas hace que nos quedemos embobados un buen rato.
Cuando por fin podemos dejar de hacer fotos continuamos rodeando el lago por su margen izquierda.
Vaya casa chula tienen estas vaquitas.
Ahora volvemos a subir para llegar al Collado de Lurien.
Aquí ahora ya se acaba la hierba y comienza el pedregal.
Llegando al Collado de Lurien.
Desde el collado ya damos vista a las montañas de la otra vertiente.
Y desde aquí ya enfilamos la última y algo larga subida por la pedrera.
Aunque es todo pedrera y a veces puede resbalar un poco, está el sendero bien marcado y de hecho se ven varias opciones.
Hay una parte casi arriba en la que hay que usar las manos, pero nada complicado.
Una vez pasada la pequeña pedrera ya damos vista a la cresta final.
Mirando hacia atrás vemos que se empiezan a meter nubes y ponemos el turbo con miedo a que no podamos ver las vistas.
Un poco más y llegamos a la ancha cresta que nos separa de la cima.
No tiene ninguna complicación, ya que no tiene pasos extremadamente estrechos.
Y al otro lado....unas vistas tremendas, con el Lac d´Artouste, el Palas, el Arriel, etc...
Andrea acabando la cresta.
Y cima!!!!! por fiiiiiin!!!!
Las vistas, al igual que toda la ruta, son impresionantes hay cualquier lado.
Hacia la zona de Formigal.
Hacia el Lac d´Artouste.
Hacia el Middi d´Ossau.
Y hacia abajo, donde se ve el embalse donde dejamos el coche.
Un zoom al gigante del valle.
Y otra vez esa sensación, años detrás de subir a esta cima y ya toca bajar, el peor momento del montañero sin duda.
Para bajar desandamos nuestros pasos, ya que la ruta la habíamos previsto lineal.
Andrea desviando aviones.
Pero antes de irnos, paramos a comer en el Lac du Lurien, que menos.
Y regreso al coche.
Sin duda alguna, estaba enganchado al Lurien, pero ahora después de haber estado en invierno y en verano y haber llegado a cima me he enganchado aún más. Es una ruta cambiante que nada tienen que ver unas zonas con otras, todas preciosas a su manera y con unas vistas impresionantes.
Una ruta 100% recomendable y hasta diría que imprescindible en Pirineos.
Muchas gracias Andrea por hacerme caso y querer volver a subir después de la paliza que nos dimos en invierno subiendo con la bota rígida todo el bosque.
