Mayo de 2016.
Hay un axioma básico para todo montañero, la Montaña está siempre por encima. No en vano hay que mirar para arriba para verlas, y no siempre se dejan ver hacia abajo. Hay ocasiones en las que se prepara bien una ruta, y esta sale bien, lo que nos pone ufanos y contentos. En otras se planea bien pero, circunstancias adversas difícilmente predecibles nos estropean la excursión, entonces solemos lamentarnos de nuestra mala suerte. Pero hay veces que el plan se hace a trompicones, mal y forrándolo de parches, entonces cómo sale, pues mal, irremediablemente.
Qué gran montaña el Vignemale, que atractiva, y qué difícil renunciar a su ascensión. Mi amigo Jesús lo intentó hace dos años pero circunstancias adversas le hicieron dar la vuelta. Había optado por el corredor de la Moskowa y llevaba tiempo dándome la lata para volver. Pues nada, vamos a subir al Vignemale por el corredor de la Moskowa.
Tres días son los que necesitamos los madrileños, los normales me refiero, para coronar esta apartada cima pirenaica. Desde principios de abril apostamos por el puente de San Isidro para realizar esta esforzada ruta. A mediados de mayo ya no hace tanto frío, la nieve está más asentada, las crestas empiezan a estar limpias y el peligro de aludes disminuye considerablemente. El caso es que en los Pirineos, como en toda las grandes montañas, hace el tiempo que le da la gana, y estuvo nevando casi todo el mes de abril y la primera quincena de mayo, Ya una semana antes del puente decidimos desistir de subir por el circo de Labaza porque podía haber importantes acumulaciones de nieve con el consiguiente riesgo de aludes debido a la gran inclinación. Incluso pensamos en ir al Mulhacén, pero claro, sin desmerecer tan soberbia montaña, el Vignemale es Vignemale. El primer parche: pues bueno subimos por el valle de Ara y el puerto de los Mulos a Oulettes de Gaube, y luego ya volveremos por Bernatuara.
Siguió lloviendo y nevando. Aunque la previsión no era del todo mala, había cierta incertidumbre, sobre todo en el lado francés la noche del sábado. Así pues, en un alarde de audacia decidimos ir.
Salimos el sábado 14 de mayo, un poco tarde la verdad, no entiendo porque están tan lejos de Madrid los Pirineos. Mira que he ido veces, pues nos equivocamos de carretera. Total que entre unas cosas y otras estamos en Bujaruelo a Las tres y media de la tarde. Cómo vamos a subir por el valle de Ara a estas horas. Aplicamos el segundo parche, subimos por Bernatuara y dormimos en la cabaña de Lourdes, y volver el lunes por el valle de Ara.
Día 1: San Nicolás de Bujaruelo- Cabaña de Lourdes
Día 2: Cabaña de Lourdes- Refugio de Baysellance
Día 3: Refugio de Baysellance- San Nicolás de Bujaruelo
Según el libro de ruta todo para arriba hasta el collado de Bernatuara, Jesus, Jacinto, que no sabía dónde se había metido, y yo, con unas mochilas XL, tiramos para arriba y sin raquetas, que ya bastante peso llevamos.
Cruzamos el puente y enfilamos de frente en dura pendiente, sobre un camino bien trazado, el GR 11, que asciende al puerto de Bujaruelo. En unos cuarenta minutos de esforzada subida encontramos una bifurcación, a la izquierda ibón de Bernatuara, a la derecha puerto de Bujaruelo.
Giramos a la izquierda. Avanzamos por un paisaje afeado por altas torres de conducción eléctrica con el arroyo a nuestra izquierda. A los pocos metros cruzamos un puente, algo ruinoso por cierto, y pasamos a la vertiente derecha del barranco de Sandaruelo que baja las aguas desde el ibón de Bernatuara.
Dejamos a nuestra derecha el refugio Plana de Sandaruelo.
Seguimos el camino guiado por hitos que en fuerte pendiente asciende por la ladera este del pico Crapera.
Comienza a llover, primero débilmente, más tarde de forma decidida. La lluvia nos acompaña hasta los 1900 metros cediendo el testigo a la nieve. Sobre los 2000 metros, ya hay nieve continua, calzamos crampones. En este punto la senda asciende dirección oeste hacia la arista entre Crapera y pico Bernatuara, para después girar
a la derecha, Este, hacia el collado del ibón que ya adivinamos en lontananza. Atravesamos protegidos del viento por la ladera.
Al llegar al collado un sopapo de ventisca me cruza la cara y me ciega las gafas. El collado está adornado por una bonita y vertical cornisa. Afortunadamente podemos bajar, pegados a la izquierda, hacia la cubeta del ibón. El paisaje es sencillamente espectacular, con las nubes y la nieve resulta sobrecogedor.
Vista atrás
La nieve esta blanda pero no demasiado, vamos bordeando por la izquierda. De pronto me hundo hasta la cintura, y me llevo un susto morrocotudo, que afortunadamente se queda en eso, pues veo que debajo no hay agua. No sin dificultad consigo salir y asciendo unos metros para hacer el rodeo un poco más arriba.
Por fin llegamos al collado. Son las siete y media, hemos tardado ¡cuatro horas!
Ante nosotros el valle de la Canau, adornado por la luz plomiza de este atardecer tormentoso, es, sin duda, uno de los lugares más bellos que he contemplado.
De ahí venimos
Los protagonistas en el collado
Pico de Bernatuara
Hay que bajar este fantástico valle hasta la cabaña de Lourdes donde tenemos pensado pernoctar
Decidimos bajar por la izquierda. Abajo la niebla invade el valle de Ossoue y envía sus nubes rasantes hacia nosotros, y por momento nos invade una oscuridad tan blanca que no se distingue ni el desnivel, incluso nos obliga a parar, pues realmente no se ve otra cosa que un blanco cegador. Según bajamos observamos coladas y purgas en todos los barrancos. La luz le da al paisaje un aire estremecedor.
Por fin llegamos a La cabaña.
La encontramos en magnífico estado. Tiene dos estancias cada una con su puerta. Elegimos la que tiene dos literas situadas en escuadra. Nos acomodamos, cenamos, y descansamos muy bien en este acogedor refugio, Los franceses sí saben cuidar sus refugios, no cabe duda. A ver mañana cómo se da el día. Cómo ronca Jacinto ¡Joder!
Descansamos muy bien. Pero el tiempo meteorológico sigue en nuestra contra. Me levanto a las seis y media del domingo lloviendo, bueno llover no es el verbo adecuado, jarrea. Y así continuará durante toda la mañana. Total que seguimos durmiendo un rato. A las ocho nos levantamos , desayunamos y aguardamos. A las once afloja un poco y decidimos salir. En principio la idea era madrugar ir por el valle de Ossoue a buscar la entrada del glaciar para hacer el Pique Longue. Desistimos de hacer cima y decidimos ir hacia la Hourquette de Ossoue y bajar a dormir al refugio de Oulettes de Gaube. El estado de la nieve que encontremos nos empieza a preocupar seriamente. No hemos traído raquetas
Allí mismo en la cabaña tomamos el GR 10
Bajando hacia la Barrage de Ossoue. Son las doce cuando llegamos. Esta nublado hay mucha humedad, malo, muy malo, jodido.
Avanzamos valle arriba hasta el final de la presa por la vertiente izquierda. Hay un puente que cruza de vertiente por donde se adivina el camino, pero está roto. Más adelante cruzamos por la nieve. Arriba el camino se adivina labrado en la ladera.
Ascendemos decididamente por una pala de nieve hacia él.
Bonita cascada
Volvemos la vista, magnífico
Nos cruzamos con unos esquiadores que bajan y nos confirman el pésimo estado de la nieve más arriba, uno de ellos nos pregunta si no hemos traído raquetas, estoy tentado de responderle que no hemos venido a jugar al tenis.
Más adelante ya es nieve continua., Aunque el camino debe de ir más arriba por nuestra izquierda, nosotros avanzamos por el fondo del barranco siguiendo huellas de esquíes y una de raquetas de algún grupo más previsor que el nuestro. Se ven aludes por todos lados. La tensión se mastica.
Salvamos la cascada por la derecha y giramos a la izquierda
Llegamos a la parte baja del glaciar. Hay muchísima nieve. Ascendemos despacio, con mucha paciencia. Cada paso hay más nieve recién caída, cada vez nos hundimos más.
Jesús siempre optimista
Otro grupo de esquiadores que bajan nos vuelven a preguntar si no llevamos raquetas. Son como bofetadas, merecidas claro, no obstante, acaso no ven que no las llevamos. Son las dos de la tarde y nos queda una zeta de unos ochocientos metros para cambiar de vertiente hacia Bayselllance.
Para colmo sale el sol y empieza a calentar. Es descorazonador avanzar así.
En primer término el que relata sobre lo que debe ser la cueva de Bellevue, al fondo Jacinto asciende con mucha paciencia.
Pico Labás
En la curva de la zeta se bifurca el camino, de frente va hacia la entrada del glaciar, a la derecha hacia la Hourquette de Ossoue y el refugio de Baysellance. Jacinto para a comer agotado, mientras nosotros, muy cascados también esperamos unos doscientos metros más adelante. Jesús propone dormir en Baysellance ya que vamos muy castigados, no sólo físicamente, sobretodo mentalmente. Además pensar en bajar al refugio de Oulettes de Gaube por una ladera a la que ha dado el solo toda la tarde… Aún nos quedan unos cuantos metros por esta soleada ladera para girar a la
izquierda, hacia el norte, por un collado. Nos reunimos los tres y avanzamos hacia ese collado, con paciencia llegamos y al cambiar de dirección la nieve está más consistente. En unos metros, ya en dirección norte, coronamos un alto desde donde ya divisamos el refugio de Baysellance. Llegamos a las seis de la tarde. Atención, hemos tardado cuatro horas en un trayecto de poco más de una hora. Por si alguien aún no se ha enterado, no trajimos raquetas. Ahí se nos ve recién llegados, no me he quitado ni la mochila
“El que no se consuela es porque no quiere”, me decía mi padre siempre que le comentaba alguna de mis rutas: ¡Qué manera más tonta de pasarlo mal!, ¡je! ¡je! Mi padre nunca estuvo en Baysellance, De un plumazo se olvidan los malos momentos en este espectacular belvedere (mirador). Macizo de Vignemale
Taillón y Montaña de Gavarnie
El valle por el que hemos subido
El refugio y Labas
Los últimos rayos de sol de la tarde refilan la silueta de la Hourquette de Ossoue
Estupendo refugio a 2651 metros de altura, el más alto del Pirineo. No hay guarda, pero tienen abierta una habitación para el invierno con veinte plazas. Finalmente dormiremos quince personas. Dos grupos de chavales
franceses, dos esquiadores catalanes que venían desde la barrage de Ossoue detrás de nosotros, tres montañeros, dos madrileños y uno cántabro y nosotros tres. Pasamos una muy buena estancia en el refugio, que nos hizo olvidar los malos momentos pasados durante el día. Los montañeros madrileños, un matrimonio, tenían amigos comunes con Jesús y Jacinto e hicimos buenas migas.
Los esquiadores catalanes eran también gente agradable, uno de ellos nos definió a los cramponeros como la infantería de la montaña, qué cachondo el “jodío”. A pesar del frío pasamos una buena noche, y eso que volví a dormir al lado de Jacinto,¡qué cruz! Ya había pasado lo peor, o eso pensábamos infelices de nosotros.
Una vuelta al Vignemale
- erns
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Una vuelta al Vignemale
Última edición por erns el Mié Feb 05, 2020 4:10 pm, editado 1 vez en total.
- erns
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Re: Una vuelta al Vignemale
Sigo el Hilo.
Después de una noche reparadora salimos el lunes a las ocho y diez de la mañana, un poco tarde, un error más. Nos despedimos de los catalanes.
En unos minutos ganamos la Hourquette de Ossoue.
La bajada a Oulettes de Gaube está a la sombra, la nieve está deliciosamente dura, sin duda el mejor tramo de toda la ruta, y que vistas.
En una hora y veinte minutos estamos en el refugio de Oulettes de Gaube, el único tramo en el que hemos ido más rápido que el tiempo previsto por la organización. Pero bajando veíamos como le daba el sol a la subida del puerto de los Mulos.
Salimos hacia España. No está muy mal la nieve al principio, pero empeora según subimos. Jacinto más tarde expresaba que notaba como la nieve se ablandaba a cada paso. La subida se hace muy larga, Jacinto sufre, sufrimos todos. Tras nosotros la Hourquette de Ossoue
Puerto de los Mulos
Pero por fin llegamos, todo el circo de Ara para nosotros.
En el puerto paramos a descansar un buen rato. Charlamos con unos esquiadores que ha subido por el valle de Ara, y nos comentan la gran cantidad de aludes que ha tenido que cruzar. Nos refrescamos, comemos algo y tiramos para abajo. Son las doce del mediodía, va a ser un día largo. En verano el camino esta hacia la derecha, pero decidimos seguir la huella de los esquiadores a la izquierda. De pronto al llegar a los restos de un alud, miramos hacia arriba y vemos un muro de nieve resultado del deslizamiento de la avalancha.
Si seguimos la huella hay que pasar bajo esta mole de nieve con visos de caer. Giro a la derecha para evitarla, buscando otra zona por la que poder bajar. Finalmente veo una zona limpia de rocas hasta abajo, pero está muy empinada. A unas malas me doy la vuelta y le enseño el culo al valle. Con mucho cuidado desciendo. Jacinto cae en un pozo, Jesús le ayuda a liberarse. En el momento en que me pongo de culo, resbalo. Consigo autodetenerme con el piolet, al intentar levantarme vuelvo a resbalar y decido bajar
regulando con el regetón. Mis compañeros me imitan y bajamos en un pis pas. Cursillo rápido de autodetención, que gran herramienta el piolet. Pero el susto no me lo quita nadie. Sólo unos minutos ante habíamos visto a las marmotas deslizarse ladera abajo, y a unos metros de nosotros miraban como estos tres inútiles trataban de imitarlas. El circo de Ara tras nosotros
Montaña de Panticosa
Descendemos por la vertiente izquierda del valle, afortunadamente la nieve no está muy blanda. Llegando a la choza de Batanes Jesús me indica que en el track que él tiene van por la derecha del río, yo le digo que el camino va por la izquierda. No sé porque narices le hago caso y vamos por la derecha. Otro error que nos hace perder más de una hora, primero cruzando un puente de nieve con bastante peligro y después en buscar un paso a la orilla derecha entre el estrepito ensordecedor del río Ara.
El Barranco de Espelunza
Avanzamos ahora sin más problemas que el duro sol que azota nuestra piel inclemente. Encima olvide la gorra, tiene delito. Bueno y cruzar los torrentes que
bajaban rabiosos
Llegamos al desagüe de Labaza. Admiramos esta parte del macizo que aún conserva mucha nieve.
Menos mal que decidimos no subir por ahí. No todo iban a ser errores.
Llegamos a la cabaña de Labaza , dónde reponemos fuerzas a la sombra.
Son las cuatro y media o más cuando salimos hacia Cabaña de Ordiso
Ya llegamos
Por fin a la siete de la tarde llegamos a San Nicolás. Once horas, que barbaridad, y aún tenemos que volver a Madrid. La verdad es que la montaña está siempre por encima de nosotros por muy buenos que nos creamos.
Por último agradecer a mis compañeros Jesús y Jacinto que con su esfuerzo, solidaridad y compañerismo han convertido esta atribulada ruta en una experiencia gratificante y enriquecedora.
Después de una noche reparadora salimos el lunes a las ocho y diez de la mañana, un poco tarde, un error más. Nos despedimos de los catalanes.
En unos minutos ganamos la Hourquette de Ossoue.
La bajada a Oulettes de Gaube está a la sombra, la nieve está deliciosamente dura, sin duda el mejor tramo de toda la ruta, y que vistas.
En una hora y veinte minutos estamos en el refugio de Oulettes de Gaube, el único tramo en el que hemos ido más rápido que el tiempo previsto por la organización. Pero bajando veíamos como le daba el sol a la subida del puerto de los Mulos.
Salimos hacia España. No está muy mal la nieve al principio, pero empeora según subimos. Jacinto más tarde expresaba que notaba como la nieve se ablandaba a cada paso. La subida se hace muy larga, Jacinto sufre, sufrimos todos. Tras nosotros la Hourquette de Ossoue
Puerto de los Mulos
Pero por fin llegamos, todo el circo de Ara para nosotros.
En el puerto paramos a descansar un buen rato. Charlamos con unos esquiadores que ha subido por el valle de Ara, y nos comentan la gran cantidad de aludes que ha tenido que cruzar. Nos refrescamos, comemos algo y tiramos para abajo. Son las doce del mediodía, va a ser un día largo. En verano el camino esta hacia la derecha, pero decidimos seguir la huella de los esquiadores a la izquierda. De pronto al llegar a los restos de un alud, miramos hacia arriba y vemos un muro de nieve resultado del deslizamiento de la avalancha.
Si seguimos la huella hay que pasar bajo esta mole de nieve con visos de caer. Giro a la derecha para evitarla, buscando otra zona por la que poder bajar. Finalmente veo una zona limpia de rocas hasta abajo, pero está muy empinada. A unas malas me doy la vuelta y le enseño el culo al valle. Con mucho cuidado desciendo. Jacinto cae en un pozo, Jesús le ayuda a liberarse. En el momento en que me pongo de culo, resbalo. Consigo autodetenerme con el piolet, al intentar levantarme vuelvo a resbalar y decido bajar
regulando con el regetón. Mis compañeros me imitan y bajamos en un pis pas. Cursillo rápido de autodetención, que gran herramienta el piolet. Pero el susto no me lo quita nadie. Sólo unos minutos ante habíamos visto a las marmotas deslizarse ladera abajo, y a unos metros de nosotros miraban como estos tres inútiles trataban de imitarlas. El circo de Ara tras nosotros
Montaña de Panticosa
Descendemos por la vertiente izquierda del valle, afortunadamente la nieve no está muy blanda. Llegando a la choza de Batanes Jesús me indica que en el track que él tiene van por la derecha del río, yo le digo que el camino va por la izquierda. No sé porque narices le hago caso y vamos por la derecha. Otro error que nos hace perder más de una hora, primero cruzando un puente de nieve con bastante peligro y después en buscar un paso a la orilla derecha entre el estrepito ensordecedor del río Ara.
El Barranco de Espelunza
Avanzamos ahora sin más problemas que el duro sol que azota nuestra piel inclemente. Encima olvide la gorra, tiene delito. Bueno y cruzar los torrentes que
bajaban rabiosos
Llegamos al desagüe de Labaza. Admiramos esta parte del macizo que aún conserva mucha nieve.
Menos mal que decidimos no subir por ahí. No todo iban a ser errores.
Llegamos a la cabaña de Labaza , dónde reponemos fuerzas a la sombra.
Son las cuatro y media o más cuando salimos hacia Cabaña de Ordiso
Ya llegamos
Por fin a la siete de la tarde llegamos a San Nicolás. Once horas, que barbaridad, y aún tenemos que volver a Madrid. La verdad es que la montaña está siempre por encima de nosotros por muy buenos que nos creamos.
Por último agradecer a mis compañeros Jesús y Jacinto que con su esfuerzo, solidaridad y compañerismo han convertido esta atribulada ruta en una experiencia gratificante y enriquecedora.
- Verto
- Mensajes: 225
- Registrado: Mar Ene 28, 2020 1:05 pm
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Re: Una vuelta al Vignemale
Que barbaridad ¡¡¡¡
Me ha encantado la manera de narrar la epopeya ... GENIAL
Por cierto .... ¿Llevabais raquetas? .... jejejjejejje
A seguir con ello ¡¡
Me ha encantado la manera de narrar la epopeya ... GENIAL
Por cierto .... ¿Llevabais raquetas? .... jejejjejejje
A seguir con ello ¡¡
Un pie, otro pie y respirar. Y de nuevo volver a empezar.
- erns
- Mensajes: 142
- Registrado: Lun Feb 03, 2020 6:28 pm
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Re: Una vuelta al Vignemale
Gracias Verto. Y que va no llevamos raquetas, ni pelotas, "pa que", con los barrancos que hay por allí, había que haber llevado al menos dos recogepelotas, je, je, je.
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